Les invito a que un día se acerquen a ver un partido de fútbol base, no importa en que ciudad, tampoco la categoría, se asombraran de la pasión con la que se vive por parte de los familiares mas directos de los jugadores cualquier jugada, yo lo definía como " vergüenza ajena" lo que siento al ver unos padres perdiendo los nervios e insultando al arbitro del partido ante cualquier decisión que vaya en contra de su equipo.
Ademas de la presión que hacemos al arbitro no nos damos cuenta de la repercusión que esto tiene en la aún por formar cabeza de nuestros hijos que ven como su referencia de futuro comportamineto pierde los papeles en lo que a priori era un juego para divertirse.
